Recorrer el camino que nos lleva a donde siempre hemos estado esperando desplegarnos



lunes, 18 de agosto de 2014

Cierto día en que paseaban por el campo, el poeta Matsuo Bashô y su discípulo Kikaku se extasiaron mirando el revoloteo de las libélulas. En el acto el discípulo compuso un haiku:

"Libélulas rojas!
quítales las alas
y serán pimientos".

El maestro repuso: "No. De esta manera has matado a las libélulas". Y propuso otra versión:

"Pimientos!
Añádeles alas
y serán libélulas".

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