Recorrer el camino que nos lleva a donde siempre hemos estado esperando desplegarnos



jueves, 22 de enero de 2015



Hay una falta
estructural
al ser hablante,
un vacío
inherente a la existencia
que nos atraviesa, que nos organiza incluso,
como una columna vertebral hueca…
Venimos al mundo agujereados
por la dimensión del lenguaje,
palabra que nombra
pero deja cada vez
algo afuera,
incompletos para siempre…
Esto no es
malo,
ni bueno,
esto solo Es.
Todo el rollo viene
cuando intentamos
llenar,
completar,
lo imposible.
No hay cigarrillos,
libros,
ni bocadillos
que alcancen.
Ni un buen hombre,
ni un hijo!
El paraíso perdido
está perdido.
Pero hay pasadizos,
caminos,
que cada uno puede
inventar
justamente
porque hay
hueco.
Todas las creaciones surgen
del vacío,
aunque la modernidad
impere
consumir
compulsivamente
objetos,
diversión,
actividades..
Ahí,
tet a tet con
la nada misma
que nos acompaña
tanto como la muerte,
en vez de cerrar,
Crear.
Y entonces sí,
bocadillos,
amores,
y hasta un cigarrillo
acompañan la aventura,
pero nunca,
nunca nunca
la llenan.

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